Cómo dejar de comer por ansiedad
Hay una serie de trucos y consejos que nos pueden ayudar a calmar la ansiedad por comer de forma compulsiva, y los más destacados, y que funcionan muy bien, son los siguientes.
- Trabajar en nuestra autoestima: más que un truco, es la verdadera razón que nos empujará a no comer compulsivamente: nuestra autoestima. La valoración que hacemos de nosotros mismos es un factor muy importante en todos los aspectos de nuestra vida, y también a la hora de reducir esa ansiedad por comer.
- Beber más agua: cuando tenemos sed, antes que acudir a otros líquidos como el café o los estimulantes, es muy recomendable beber agua. Además de que el agua es fundamental para depurar el cuerpo y evitar la retención de líquidos, tiene efectos saciantes, y puede hacer que se nos calme la ansiedad por comer. En caso de que el agua no nos apetezca, podemos optar por una infusión.
- Comer alimentos que sean ricos en proteínas, que además de saciarnos, nos aportarán nutrientes esenciales, al contrario que el azúcar en exceso. Alimentos ricos en proteínas son los pescados, las carnes o los quesos.
- Es muy recomendable añadir más fibra a nuestra dieta, ya que además de ser muy sanos y favorecer el tránsito intestinal, harán que nos sintamos saciados y que no tengamos ganas de comer por ansiedad. Podemos consumir pan integral, cereales o más legumbres, que aportan fibra a nuestra dieta habitual.
- Es importante que comamos sin prisas y nos tomemos nuestro tiempo disfrutando de las comidas y masticando bien los alimentos. Comer despacio ayuda a reducir la ansiedad y además es una de las claves para no coger kilos de más. Comiendo despacio, no solo haremos una mejor digestión, sino que además aumentaremos la sensación de estar plenamente saciados y no querremos ingerir más alimentos.
- El ejercicio físico es muy importante en todos los aspectos, y también para reducir la ansiedad por comer. El ejercicio siempre es bueno, pero en este caso reduce la tensión y el estrés.
- Los episodios de ansiedad también se traducen en la respiración. Cuando estamos nerviosos y estresados, tendemos a respirar muy rápido y con respiraciones entrecortadas. En estas ocasiones, también nos puede ocurrir que queramos calmar la ansiedad comiendo, aunque no tengamos apetito, pero esto es muy habitual. En estos casos, es mejor que tomemos conciencia de nuestra respiración y que, poco a poco, vayas respirando más despacio, inspirando y expirando de forma profunda hasta que reduzcamos nuestro estado de ansiedad.
- Practicar yoga, meditación o Mindfulness son técnicas muy aconsejables para reducir la ansiedad. Ya explicamos los pasos para hacer una meditación correcta y conseguir relajar la mente. Si practicamos alguna de estas disciplinas de forma habitual, podremos encarar la vida con menos nerviosismo, sentirnos mucho mejor a nivel físico y mental, y nuestro cuerpo nos lo agradecerá